domingo, 30 de agosto de 2009

Bajo la piel


Los seres humanos, al igual que las naciones o los territorios, poseemos una historia, un conjunto de acontecimientos que nos ayuda a hacer de nosotros lo que en la actualidad somos. El poder de los recuerdos puede llegar a cambiarnos la vida mucho después de que sucedieran.


Lo malo es que muchas veces es el mapa de nuestras cicatrices el que se convierte en un lastre que nos impide avanzar en la vida. Nuestras heridas del ayer vuelven una y otra vez al hoy de una manera enfermiza condicionando nuestro mañana… más aún si nos empeñamos en alimentarlas, cuidarlas y exhibirlas como si de trofeos se trataran; es entonces cuando les damos permiso para dominar toda nuestra existencia.


En mi caso particular, me acostumbré a convivir tanto tiempo con él que la mayoría de las veces ni siquiera sabía que se encontraba ahí, envolviendo toda mi alma como una enredadera, impidiéndome sentir otra cosa que no fuera su pérfido aroma invadiendome. Mi amante a destiempo, siempre conmigo a donde quiera que fuese… y con él, su veneno sutil pero eficiente, que me acunaba en mis noches rotas, más intenso que nunca allá sobre las cuatro de la madrugada; justo cuando las sombras en los rincones son más profundas y la luna parece esconderse para no volver jamás.


No recuerdo en qué momento fue que decidí escucharle y aceptar su ayuda. Pero le permití bloquear cada camino que comenzaba, arruinar cada sueño que me escocía en el fondo del alma gritando que lo liberaran. Una piedra amarrada a mis pies que me condenaba a avanzar arrastrándome, y lo que es peor aún, resignándome a vivir encadenada por la fuerza de aquello que no podía ver ni palpar… hasta el punto que la misma sangre al correr por mis venas gritaba su nombre, que se hallaba presente en cada una de las lágrimas que derramaba.


No era otra cosa que el MIEDO… a ser rechazada por mis semejantes, a encontrarme sola, a fracasar en todo aquello que intentara. Miedo a caer enferma, a tener un accidente… miedo a la muerte, pero sobre todo, miedo a la vida, con su cúmulo de derrotas y éxitos intercalados que siempre conlleva. Sentía pánico a que las cosas me fueran mal; pero con el tiempo aprendí a darme cuenta de que me daba terror que salieran bien, porque eso significaría que debería cambiar todos los esquemas y prejuicios construidos sobre los andamios de una vida entera.


Y sin embargo, llegó un día en que decidí despedirme de él y de su canto de pájaro de mal agüero. Me cansé de vivir arrastrándome, y es que por mucho que me costara cambiar mis esquemas, estaba ya harta de existir a ras de suelo y del sabor de la tierra del camino. Me animé a volar de una vez por todas, y aunque sé que a veces me caeré, ya he superado el miedo a las caídas; estoy totalmente segura de que, cuando tengan lugar, no serán ni la mitad de catastróficas de lo que imaginaba.


La mayoría de los seres humanos convivimos con un océano de dolor bajo la piel. Todos poseemos un rincón de nuestra alma donde se hallan hacinados nuestros fantasmas y recuerdos más dolorosos. Pero sólo es nuestra la decisión de dejar que dominen nuestra vida y la forma en que vamos a encararla.


Por mi parte, me arriesgaré a sonar ingenua en una sociedad dominada por el cinismo: la vida en su esencia se encuentra llena de crueldad, pero también de grandeza. Basta con asomarse un día cualquiera a la ventana para comprobar que hay milagros por todas partes, bullen a tu alrededor donde quiera que pretendas buscarlos. Si todos los días miles de plantas atraviesan la tierra que las ha visto germinar desafiando un sinfín de dificultades… si cientos de bebés prematuros logran vencer a la muerte que les acecha en los comienzos de su vida, en ocasiones en contra de todos los pronósticos… podemos darnos cuenta de que todo es posible, de que somos capaces de todo lo que nos propongamos, incluso de vencer los prejuicios que nosotros mismos nos hemos creado a nuestra medida, y que día a día nos atenazan la garganta impidiéndonos respirar.


Si lográramos parecernos un poco más a esos seres recién nacidos, que no tienen siquiera una idea de lo que el miedo significa, y en su inocencia se encuentran dispuestos a vivir pese a quién pese, nos daríamos cuenta de que no hay obstáculo lo bastante alto, ni recuerdo lo bastante doloroso, para interponerse entre nosotros y todo aquello que deseamos.

17 comentarios:

Insthar dijo...

Estoy contigo totalmente, precioso como lo has relatado.Wow genial.
Mucho tiempo el miedo a amarrado mis manos y mis pies , a cerrado mi boca y a encadenado en mis adentros a mi esencia alocada....pero llega el dia en que te enfrentas a él, y es cuando le pasas esos sentimientos ,esas emociones. Y es el mismo miedo el que queda diminuto ante tu potencia y fuerza descomunal.
Me ha gustado mucho..un beso guapa.

Calvarian dijo...

A veces el miedo agarrota verdad'?? Olé por esa valentía y suerte...mucha suerte.
Bésix

RR dijo...

niñaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

Te leo luego y te escribo si?

HADALUNA dijo...

El miedo paraliza, mata, frena...pero hay que tener valor para luchar contra él, aunque sea un cotrasentido.

Besitos dulces.

RR dijo...

VAYA CORAZON!!

M edjas paralizada...me dsa miedo...niña, que intensidad, que fuerza, que reflexión...que cúmulo de delirios que todos tenemos.....miedo a casi todo...miedo a ser feliz( el peor de los miedos) en definitiva miedo al miedo...j...r!! deja que coja aire....ummm ya...

Tu entrada merece por mi parte dos comentarios , el que te hago ahora y el que te haré mañana o pasado xq tengo que buscar entre mis libros un viejo cuento que te voy a escribir...

Continúo un poco más...hoy tu me agotas...jjjj, menos mal que llegará el día de la merienda xxx en la que vas a pagra TÚ....jjjjj

A ver CORAZÓN, mucho dolor, mucho cansancio, muchas horas rotas a eso de la 4 am....jirones de piel, manchas de sangre, olores pútridos ....ufff como expresas...es que hasta duele....

Pero niña, resurges de las cenizas....no te detienen esos miedos....xq salió el valor y ahora luchas por tus sueños pero bien agarradita a la tierra...

Gran post, gran post, grandísimo post.....

Te felicito por todo...

El beso que te dejo es a colonia...chica xq con tanto mal olor ...eggg!!

Cuando pueda te contaré un cuento...si??

Sabes que te quiero muchísimo....

Rembrandt dijo...

Bellísimo post Illystil , el miedo siempre ha sido mal consejero al igual que la almohada a las 4:00 AM.
Sé que muchas veces enfrentarnos a los miedos es duro , difícil y a veces requiere ayuda externa (terapia) pero poniendo hasta el máximo de nuestras fuerzas , no tengo dudas de que se vencen.
Como bien decís, si un bb "puede" siendo totalmente indefenso , si una semilla "puede" germinar hasta en los lugares más hostiles , como no vamos a poder nosotros con nuestros miedos?
Y cuando lo logramos , que bien se siente, verdad amiga???

Besotes desde el Sur.

Sergio Fernández dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sergio Fernández dijo...

"Vivir sin miedos". Sí, esa es la clave. Ser objetivo con lo que ocurre a nuestro alrededor, pero sobre todo vivir sin ese maldito y doloroso compañero. Ese cabrón con ínfulas de amigo, que te dice no hagas esto o no hagas aquello. Quédate como estás. Paralizado. En la habitación oscura sin ventanas, como en la caverna de Platón. Miedo a contemplar el paisaje que nos rodea, lo que hay detrás de la montaña de roca gris. El paraíso de flores o de ortigas, qué más da. La imposibilidad de dar pasos adelante. Sólo en círculos. Maldito cabrón. Nos arruina la vida y arruina la vida de quienes nos quieren y alimenta la maldad de quienes nos odian. Matemos el miedo. Mirémosle por última vez a los ojos y no tengamos compasión de él. Incluso sonriamos con un cierto rictus malicioso cuando lo oigamos caer al vacío. :D
CHACHI!!!

Anónimo dijo...

Encantador texto. Maravillosamente relatado. Puro talento. Me gusta.

Blanca dijo...

Hola Illystil, soy una despistada, hoy llegué a ti por otro camino, y me encantó tu blog, ya cuando iba en la tercera entrada, que veo que yo ya te conocía, ...pod favod... pero me gustaste otra vez, jajajaja.
Un beso....

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Bajo la piel, el órgano más grande y pesado de nuestro cuerpo, vive todo, lo material y lo espiritual, tú y yo que somos de ciencias, lo hemos estudiado y lo sabemos y contra más nos sumergimos en la materia, más nos acercamos al espíritu...a ese quark o a esa parte infinitesimal que actúa por amor o desamor a su contrario, uníéndose o separándose siguiendo no sé que leyes físicas...hermoso tu excursus...mueves tu espíritu y eso es lo que nos hace vivir por encima de muchas cosas...un beso desde azpeitia

Rembrandt dijo...

Grxs Illystil por el cálido comentario que dejaste en mi blog.

Se te está extrañando , espero leerte pronto si?

Besotes desde el Sur

RR dijo...

HOLA PRECIOSA..TE DEJO UN SELLO QUE PARECE UN PREMIO...UNA DE SATS COSAS BLOGGERAS...HAZ LO QUE QUIERAS CON ÉL.....TE LO REGALO...Y A VER SISCRIBIMOS BONITA!!!!!

Amapola Psicovisceral dijo...

de todas formas, cuando uno adquiere distancia sobre los hechos, hay muchas veces que se puede llegar a plantear si esa actitud que a veces nos parece valiente, no puede ser otras considerada temeraria, e incluso masoquista.

un besito...

Illystil dijo...

Hola Ínsthar: exactamente. Vencer al miedo cuando éste se ha convertido en tu compañero inseparable es uno de los grandes pasos que merece la pena dar en la vida. Gracias por comentar.

Hola Calvarian: gracias a ti también. Aunque tanto como valiente... bueno digamos que estoy en ello ;)

Hola Rosa Roja: EXACTO, el miedo a ser feliz es uno de los más dañinos y de los más comunes, por desgracia. Eso sí, yo no he puesto nada de putrefacción ¿eh? Lo de la merienda... ya dialogaremos sobre ello como personas civilizadas (con un bate de béisbol... es broma :D). Un beso guapa... y te lo digo por enésima vez: ¡¡gracias por el regalo!!

Hola Hadaluna: no es ningún contrasentido. Es una de las cosas más lógicas a aprender en esta vida que vivimos.

Hola Rembrandt: sí que se siente fenomenal al quitarte el miedo de encima. Te notas más ligera, más libre... en cierto modo, es como volver a nacer.

Hola Sergio: veo que estamos de acuerdo en la idea principal :) El miedo, en realidad, es un mecanismo de autoprotección que poseemos todos, y que resulta de utilidad. Lo malo llega cuando lo extendemos a cada maldito asunto de nuestra vida y se convierte en una sensación enfermiza. En fin, que sí, que merece la pena librarse de esa sensación, sin duda.

Hola Angus: gracias por pasarte por aquí, me alegra mucho que te guste mi espacio. El tuyo también me encantó, me verás a menudo por allí...

Hola Blanca: vaya hombre... pero bueno, si has llegado a mi blog de dos maneras diferentes y en las dos ocasiones te ha gustado, aún sin saber que eran el mismo... entonces tengo motivos de sobra para sentirme halagada. Muchas gracias...

Hola Azpeitia: hay que mover y trabajar el espíritu, para que no se anquilose y se vuelva en nuestra contra. Hoy en día se da tanta importancia al cuerpo y tan poca al alma, que da auténtica pena.

Hola Juls: en mi caso concreto, no creo que llegue a esos extremos... todavía late una pequeña cobarde en alguna parte de mí :D Pero te agradezco que seas sincera.

Un besote gigantesco a tod@s y gracias, como siempre

Sergio Fernández dijo...

Quizás a veces es mejor quedarse sentado y esperar a que el viento sople a nuestro favor. O suplicar una brisa tenue y cálida que nos advierta al menos que si vamos a dar un paso va a ser en la dirección correcta. O simplemente coger la rosa de los vientos y tirarla a un pozo sin fondo, sabedores que cualquier punto cardinal nos llevará siempre al mismo sitio. Porque aunque caminemos millones de leguas, si el cambio no opera en nuestro interior, en nuestra alma, en nuestro infierno o paraíso propios. Jamás sentiremos esa sensación embriagadora y hermosa de estar en paz con nosotros mismos y de saber que cada paso que damos es obra de una decisión propia y no ajena. No sé, quizás nos falten oídos, ojos y manos para darnos cuenta de lo realmente importante, como si camináramos a tientas en una silenciosa habitación a oscuras y sin paredes. Cuando faltan puntos de referencia qué más da el camino que tomemos. Volemos como pájaros y demos envidia a las serpientes y gusanos que quedaron en tierra. Porque ellos nunca se atreverán a soñar.

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Después de esta confesión a corazón abierto, tu alma se ha liberado de muchas cosas que tenías encerradas en esa cuarentena de nuestra cobardía a enfrentarnos con la realidad.
Enhorabuena por tu decisión...era necesario...un beso de azpeitia